Ya ni se me ocurre fregar un horno SUCIO: una amiga me enseñó este truco y ahora está como nuevo, ¡sin esfuerzo!
Sumerge un bizcocho en la mezcla preparada.
Frótalo por toda la superficie del horno (no es necesario frotar, solo humedécelo).
Cogeremos unas cuantas hojas de papel absorbente.
Mojamos cada uno en la mezcla preparada y lo colocamos sobre la superficie del horno.
Coloca los paños húmedos sobre el cristal del horno.
Déjalo funcionar.
Y mientras tanto, podemos utilizar el resto de la mezcla para limpiar los fogones.
Pasada la media hora aproximadamente podemos volver al horno.
Retire las toallas de papel y enjuague con agua limpia usando una esponja.
Finalmente, limpie con un paño limpio y seco.
Después de limpiar el horno, enciéndelo a la temperatura más alta.
Y déjalo un rato.
Puedes utilizar un pequeño fragmento de pastilla de lavavajillas para limpiar la rejilla y toda la suciedad se desprenderá muy fácilmente.
¡Finalizado!
El resultado es perfecto y el horno brilla limpiamente incluso sin mucho esfuerzo.
Este procedimiento también funciona en un horno muy sucio y con grasa quemada.
¡Buena suerte!