¡Vaya, qué rica y sabrosa es esta receta! ¡Qué gran trabajo!
Calienta el horno antes de usarlo. Calienta el horno a 350 °F (175 °C) antes de usarlo. Coloca un poco de aceite y harina en una bandeja para hornear de 9 × 13 pulgadas.
Prepara los ingredientes secos. En un tazón grande, mezcla la harina, el azúcar, el polvo para hornear, el bicarbonato de sodio y la sal.
Combina los ingredientes líquidos: En un recipiente aparte, mezcla los huevos, el aceite, la crema agria, el extracto de vainilla y el queso crema ablandado hasta que quede una mezcla homogénea.
Mezcla los ingredientes húmedos y secos. Añade los ingredientes secos poco a poco a los ingredientes húmedos y mezcla hasta que estén bien mezclados. Ten cuidado de no mezclar demasiado.
Prepara el pastel. Vierte la mezcla en el molde para hornear que has preparado y extiéndela de manera uniforme. Ponlo en el horno que se ha calentado previamente durante 30-35 minutos, o hasta que un palillo insertado en el medio salga limpio.
Deja que el pastel se enfríe. Retira el pastel del horno y déjalo enfriar por completo antes de agregar el glaseado.
Para el glaseado:
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Mezcla el queso crema y la mantequilla. En un bol, mezcla el queso crema ablandado y la mantequilla hasta que quede una mezcla homogénea.
Espolvorea el azúcar en polvo y añade la vainilla. Incorpora lentamente el azúcar en polvo y el extracto de vainilla, batiendo hasta que la mezcla quede homogénea y esponjosa.
Haz que el texto tenga más consistencia. Si es necesario, vierte la leche lentamente, una cucharada a la vez, hasta alcanzar el espesor deseado.
Coloca el glaseado sobre el pastel. Extiende el glaseado suavemente sobre el pastel una vez que se haya enfriado.
Corta y sirve: ¡Corta y sirve el plato, luego saborea su deliciosa cremosidad!