Una forma de hacer deliciosas y crujientes patatas fritas sin un chorrito de aceite
Preparación de las patatas:
Precalienta el horno a 200°C (390°F).
Lave bien las papas con agua corriente para eliminar cualquier residuo de tierra. También puedes pelarlos, pero si lo prefieres, déjale la piel para darle más sabor y textura crujiente.
Corta las patatas en rodajas finas (unos 2-3 mm) con un cuchillo afilado o una mandolina para conseguir un grosor uniforme.
Secado de las patatas:
Coloque las rodajas de papa en un bol y enjuáguelas con agua fría para eliminar el almidón. Esto ayudará a que queden más crujientes.
Después de unos minutos, escurre las patatas y sécalas bien con un paño limpio o una toalla de papel.
Sazón:
En un bol, combine las patatas secas con sal y las especias de su elección. Mezcle bien para distribuir uniformemente el condimento.
Cocción:
Cubra una bandeja para hornear con papel pergamino y coloque las rodajas de papa en una sola capa, asegurándose de que no se superpongan.
Hornea las patatas fritas durante unos 25-30 minutos, dándoles la vuelta a mitad de la cocción para obtener un dorado uniforme. Revise con frecuencia para evitar quemaduras.
Enfriamiento:
Una vez que las papas fritas estén doradas y crujientes, sácalas del horno y déjalas enfriar en la bandeja para hornear durante unos minutos. Este paso ayuda a que queden aún más crujientes.
Servir:
Sirva las papas fritas calientes como bocadillo o guarnición. Puedes acompañarlos con salsas de tu preferencia, como el kétchup o la mayonesa.