¡Solo 2 ingredientes! Prepara un queso perfecto en solo 6 minutos
Calienta la leche:
comienza vertiendo 1,5 litros de leche en una cacerola grande. Coloca la cacerola a fuego medio y deja que la leche se caliente, revolviendo de vez en cuando para evitar que se queme. No quieres que la leche hierva; solo caliéntala hasta que esté caliente y humeante, justo por debajo del punto de ebullición. Esto suele tardar unos 5-6 minutos, según la potencia de tu estufa.
Agrega el vinagre:
una vez que la leche esté caliente, retira la cacerola del fuego. Agrega las 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana a la leche mientras revuelves continuamente. Notarás que la leche comienza a cuajar casi de inmediato. El vinagre hace que las proteínas de la leche se separen en cuajada (sólida) y suero (líquido). Continúa revolviendo durante otro minuto para asegurarte de que el vinagre se distribuya uniformemente y que el proceso de cuajado esté completo.
Cuela la cuajada:
coloca una estopilla o un paño de cocina limpio sobre un colador de malla fina. Vierte con cuidado la leche cuajada en el colador para separar la cuajada del suero. Déjalo reposar unos minutos para que se escurra la mayor cantidad posible de suero. La cuajada que queda en el paño es tu queso fresco.
Agrega la mantequilla y los condimentos:
transfiere la cuajada a un tazón para mezclar. Agrega la mantequilla derretida a la cuajada, lo que le dará al queso una textura rica y cremosa. Mezcla bien hasta que la mantequilla esté completamente incorporada. En este punto, también puedes agregar sal al gusto. Si estás usando hierbas provenzales o cualquier otro condimento, revuélvelos ahora. Estas hierbas agregan un maravilloso sabor aromático al queso, lo que lo hace perfecto para untar en pan o agregarlo a ensaladas.
Forma y enfría:
después de mezclar, puedes darle al queso la forma que desees. Si prefieres un queso más firme, puedes presionar la cuajada en un molde o un recipiente pequeño, cubrirlo con un paño y colocar un peso encima. Deja reposar el queso durante al menos 30 minutos a temperatura ambiente para que se endurezca un poco. Para un queso más suave y untable, puedes omitir este paso y disfrutarlo de inmediato.
Sirve y disfruta: ¡
Tu queso casero ya está listo para comer! Córtalo en rodajas, úntalo o desmenúzalo sobre tus platos favoritos. El queso es increíblemente versátil y se puede utilizar en una variedad de recetas o simplemente disfrutarlo solo con una pizca de hierbas o un chorrito de aceite de oliva.
Consejos de cocina:
Calidad de la leche: La calidad de la leche que utilice afectará significativamente el producto final. La leche entera produce un queso más rico y cremoso, mientras que la leche con menos grasa dará como resultado una textura ligeramente más seca.
Variaciones de hierbas: Si bien las hierbas provenzales son una excelente opción, siéntase libre de experimentar con diferentes hierbas y especias, como eneldo, cebollino o incluso hojuelas de chile para personalizar el sabor de su queso.
Uso del suero: ¡No tire el suero! Está repleto de nutrientes y se puede utilizar en batidos, sopas o incluso como líquido para hornear pan.
Beneficios nutricionales:
Alto contenido de proteínas: este queso casero es rico en proteínas, lo que lo convierte en un excelente complemento para cualquier dieta, especialmente para quienes buscan aumentar su ingesta de proteínas.
Rico en calcio: el queso es una excelente fuente de calcio, que es esencial para mantener huesos y dientes fuertes.
Sin conservantes: a diferencia de muchos quesos comprados en tiendas, esta versión casera no contiene conservantes ni aditivos artificiales, lo que la convierte en una opción más saludable.
Por qué te encantará esta receta:
Simplicidad: Con solo dos ingredientes principales y un tiempo mínimo, esta receta es lo más simple que existe. No se necesitan equipos especiales ni técnicas complicadas.
Personalizable: Ya sea que prefiera el queso simple o con sabor, esta receta le permite adaptarla a su gusto. Agregue hierbas, especias o incluso un toque de miel para darle un toque dulce.
Frescura: No hay nada como el sabor del queso fresco hecho en casa. Es cremoso, rico y libre de los sabores artificiales y aditivos que suelen encontrarse en el queso comercial.
Económico: Hacer tu propio queso en casa es rentable, especialmente en comparación con comprar quesos especiales en la tienda. Además, obtienes la satisfacción de crear algo delicioso desde cero.
Información nutricional:
Vegetariano: Este queso es apto para vegetarianos, ya que no contiene cuajo animal.
Sin gluten: La receta es naturalmente libre de gluten, por lo que es segura para las personas con sensibilidad al gluten o enfermedad celíaca.
Bajo en carbohidratos: Sin azúcares ni carbohidratos agregados, este queso se adapta bien a las dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas.
Personalizable para necesidades dietéticas: Si eres intolerante a la lactosa, puedes experimentar con leche sin lactosa para hacer este queso. Del mismo modo, puedes ajustar la cantidad de sal u omitirla por completo para una versión baja en sodio.
Por qué funciona esta receta:
La magia de esta receta radica en la reacción química entre la leche y el vinagre. Cuando se agrega ácido a la leche caliente, hace que las proteínas de la leche se coagulen y formen cuajada, que son los componentes básicos del queso. La adición de mantequilla mejora la textura, haciendo que el queso sea suave y cremoso, mientras que las hierbas opcionales agregan una explosión de sabor. La simplicidad de este método permite que cualquiera pueda hacer queso fresco con un mínimo esfuerzo, y los resultados son siempre deliciosos.
Ezoico
Conclusión:
Esta receta de queso fácil y rápida es un testimonio del hecho de que, a veces, las recetas más simples dan los mejores resultados. Con solo leche y vinagre, puedes crear un queso fresco y cremoso en cuestión de minutos. Ya sea que estés buscando una nueva aventura culinaria o simplemente quieras disfrutar del sabor del queso casero, esta receta es el lugar perfecto para comenzar. Es versátil, saludable e increíblemente satisfactoria de hacer. Entonces, ¿por qué no probarla? Te sorprenderá lo fácil que es hacer un delicioso queso casero en tu propia cocina. ¡Feliz elaboración de queso!