Romero, con el truco de la ramita puedes multiplicarlo infinitamente sin coste alguno
Y es gracias a este método que podemos hacernos con más plantas de romero multiplicándolas infinitamente sin necesidad de comprar una nueva planta al minorista.
Las plantas nacidas de esquejes maduran más rápido que la planta madre nacida de una semilla, ya que las de romero tienen tiempos bastante largos en cuanto a su germinación.
De lo contrario, una planta de romero obtenida a través de esquejes crecerá y tendrá el tamaño útil para su uso después de unos meses desde el momento en que se cultivó el esqueje en maceta.
Esto es muy importante ya que la planta clon será idéntica a la madre y tendrá el mismo sabor y características que la nacida de la semilla, con la misma fuerza de resistencia y olor.
La técnica de cortar esquejes.
Además, quitar un trozo de planta de la principal no la daña en ningún caso, ya que quitar un trozo pequeño no crea ningún problema a la planta de romero y podríamos llenar nuestro balcón o alféizar con tantas plantas clonadas como queramos.
Para hacerlo de la forma más óptima, siempre es mejor cortar los tallos jóvenes, verdes y frescos que suelen encontrarse en la base de la planta, evitando los más marrones y leñosos que pueden resultar insidiosos tanto a la hora de cortar como para el crecimiento.
Para desprender estas ramitas, use unas tijeras muy afiladas y el tallo elegido debe tener al menos 10 cm de largo. Siempre es mejor cortar más de uno si el elegido no está muy verde o no echa raíces.
Una vez que se ha quitado la ramita, retire las agujas de romero de la parte inferior y luego colóquelo en agua caliente en un lugar cálido, posiblemente sin luz solar directa.
El agua lleva oxígeno y hay que cambiarla cada dos días y tiende a no deteriorar los esquejes que darán vida a las nuevas plantas de romero. Después de unas 4-8 semanas, si nuestros esquejes han sobrevivido, veremos raíces en cada tallo.
En este caso hay que trasplantarlas a una maceta más grande con suelo arenoso y haciendo un agujero en la tierra, introducir el esqueje exponiéndolo a la luz directa durante al menos 6-8 horas al día.