Instrucciones:
Lavar y descorazonar: Lavar suavemente las fresas con agua fría corriente. Descorazonarlas (retirar la parte verde y el pequeño corazón blanco). Puedes dejarlas enteras o cortarlas en rodajas, según el uso que les vayas a dar.
Secar bien: Este paso es crucial para evitar la formación de cristales de hielo y quemaduras por congelación. Coloque las fresas lavadas y sin tallo (y cortadas en rodajas, si corresponde) en una sola capa sobre una toalla de cocina limpia o varias capas de papel absorbente. Déjelas secar completamente al aire durante al menos 30 minutos o una hora, o séquelas con palmaditas suaves.
Congelación rápida: Coloque las fresas completamente secas en una sola capa sobre una bandeja para hornear forrada con papel vegetal o una estera de silicona. Asegúrese de que no se toquen entre sí.
Congelación completa: Coloque la bandeja para hornear en el congelador durante 1 o 2 horas, o hasta que las fresas estén completamente congeladas. Esta congelación rápida evita que se aglomeren en la bolsa.
Traslado al almacén: Una vez congeladas, transfiera rápidamente las fresas de la bandeja para hornear a bolsas con cierre hermético aptas para el congelador o recipientes herméticos. Retire el máximo aire posible de las bolsas para evitar quemaduras por congelación.
Etiquetar y almacenar: Etiquete las bolsas/envases con la fecha. Consérvelas en el congelador hasta 6-12 meses para una mejor calidad.
Método 2: Fresas congeladas azucaradas (para postres, mermeladas)
Agregar un poco de azúcar antes de congelar ayuda a mantener el color, el sabor y la textura para ciertas aplicaciones.
Materiales:
tazón grande
Contenedores o bolsas aptos para congelador
Instrucciones:
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