Causas por las que se acumula
Existen diferentes causas por las que se puede producir la acumulación de sarro, entre las cuales destacan:
Mala higiene bucodental.
Las personas con edad más avanzada son más propensas a acumular sarro.
Problemas de sequedad bucal.
Consumo de tabaco.
Aparición de malposiciones o dientes torcidos.
Falta de vitamina C.
Mala alimentación.
Restauraciones de piezas dentales que no se han realizado adecuadamente.
Hay algunos medicamentos que favorecen la acumulación de sarro.
Existen enfermedades como el SIDA y la leucemia que disminuyen la inmunidad del paciente, lo cual favorece la acumulación de sarro y la evolución hasta provocar la gingivitis.
Cambios hormonales en el organismo.
Enfermedades de tipo viral.
Enfermedades producidas por hongos o placas bacterianas.
La genética también puede ser determinante en cuanto a la capacidad de acumulación de sarro se refiere.
Una vez que conocemos las principales casusas en la aparición de sarro en nuestros dientes, es importante que actuemos a modo de prevención para evitar la formación de sarro, ya que esto permite disfrutar de una mejor calidad de vida y una mayor seguridad bucal.
Síntomas de acumulación de sarro
Lo mejor que podemos hacer para acabar con el sarro es acudir a nuestra clínica dental de confianza y solicitiar un limpieza dental completa, pero para ello es importante conocer bien los síntomas de que estamos acumulando más sarro del recomendado en nuestros dientes.
Inflamación de las encías.
Mal aliento.
La tonalidad de las encías pasa a ser de un rojo más oscuro o incluso violáceo.
Es habitual que se empiecen a retraer las encías.
Aumento de la sensibilidad de las encías.
Es habitual que las encías sangren con mayor facilidad durante el cepillado de dientes o también al utilizar hilo dental.
[anuncio_b30 id=4]De cualquier manera, es muy importante que nos aseguremos de garantizar nuestra salud bucodental de forma recurrente, para lo cual es recomendable realizar visitas periódicas a nuestra clínica dental de confianza, de manera que un distista profesional pueda diagnosticar y vigilar cualquier anomalía con la máxima antelación, lo que permite evitar que los problemas bucales avancen y tengan una solución más rápida y sencilla.
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