QUESO FRESCO
4. Colar la cuajada: Coloca un colador grande o una tela de queso sobre un bol. Vierte la mezcla de leche cuajada en el colador para separar las cuajadas del suero. Deja que el suero se escurra por completo. Puedes reservar el suero para usarlo en sopas o batidos, si lo deseas.
5. Formar el queso: Una vez que las cuajadas estén coladas, transfiérelas a un bol y añade la sal. Mezcla bien para que la sal se distribuya de manera uniforme.
6. Dar forma al queso: Si quieres un queso fresco más compacto, coloca las cuajadas en un molde o forma y presiona ligeramente para compactarlo. Si prefieres un queso más suelto, puedes dejarlo tal cual.
7. Refrigerar: Coloca el queso fresco en el refrigerador para que se enfríe y tome consistencia. Puedes disfrutarlo inmediatamente, pero el sabor será aún mejor si lo dejas reposar unas horas.
8. Disfrutar: ¡Tu queso fresco está listo! Puedes cortarlo en trozos y disfrutarlo con pan, en ensaladas, en tacos, o como más te guste.