¡Oh, muchacho, será mejor que escribas esto! -Las primeras palabras que salieron de la boca de mi esposo después de probar esto jaja
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¡Oh, muchacho, será mejor que escribas esto! -Las primeras palabras que salieron de la boca de mi esposo después de probar esto jaja

Instrucciones:
Precalentar y preparar (5 minutos):

Enciende el horno y precaliéntalo a 175 °C (350 °F).
Engrasa una fuente para horno de 23 x 23 cm con mantequilla o aceite en aerosol para evitar que se pegue.
Prepara la base de mantequilla (2 minutos):

Vierta la mantequilla derretida en el recipiente para hornear preparado, inclinando el recipiente para esparcir la mantequilla uniformemente sobre el fondo.

Mezclar los ingredientes secos (2 minutos):

En un bol, combine la harina leudante y ¾ de taza de azúcar blanca. Use un batidor o una cuchara para asegurarse de que todo esté bien mezclado. Esta mezcla seca se convertirá en la cobertura del zapatero.
Armado del zapatero (2 minutos):

Vierta la mezcla de harina y azúcar de manera uniforme sobre la mantequilla derretida en la fuente para horno. No revuelva los ingredientes húmedos y secos. La harina absorberá la mantequilla a medida que se hornea, creando esa deliciosa cobertura crujiente y dorada.
Agregue los duraznos con una cuchara (2 minutos):

Abra la lata de duraznos en rodajas y viértalos, junto con el almíbar, sobre la mezcla de harina en la fuente para horno. El almíbar le aporta dulzura y humedad al zapatero.
Hornee hasta que esté perfecto (45-50 minutos):

Coloque la fuente para horno en el horno precalentado y hornee durante 45 a 50 minutos. La cubierta dorada y crujiente, junto con los duraznos burbujeantes, indican que el zapatero está listo.
Sirva tibio (unos minutos):

Saque el zapatero del horno y déjelo enfriar unos minutos antes de servir. Esto permite que el relleno se asiente un poco.
Toques finales y disfrute:

Espolvorea azúcar blanca adicional por encima para darle un toque más dulce y crujiente.
Para agregarle más sabor, puedes espolvorear el pastel con canela molida.
Sirve el pastel de durazno tibio, solo o con una bola de helado de vainilla o crema batida. ¡Los duraznos tibios con la cobertura dulce y mantecosa son una combinación deliciosa!

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