“Mi abuela y mis tías solían hacer esto cuando yo era joven”
Precaliente el horno a 325 °F (163 °C).
Engrase una fuente para horno de 2 cuartos o moldes individuales con mantequilla o spray antiadherente.
Mezcle las natillas (5 minutos):
En un bol grande, mezcle la leche condensada azucarada, los huevos, el agua caliente, la sal y el extracto de vainilla.
Bata hasta que todo esté bien combinado y sin grumos.
Verter y hornear (45-60 minutos):
Vierta la mezcla de natillas en la fuente para horno preparada o divídala uniformemente entre los moldes.
Coloque la fuente para horno o los moldes en una fuente para horno más grande.
Vierta con cuidado agua caliente en la fuente más grande hasta que llegue aproximadamente a la mitad de los lados de la fuente para natillas.
Hornee las natillas en el horno precalentado durante 45 a 60 minutos, o hasta que al insertar un cuchillo en el centro, éste salga limpio. Las natillas deben estar firmes, pero aún deben moverse ligeramente en el centro.
Deje enfriar y adorne (al menos 2 horas):
Saque con cuidado las natillas del horno y saque la fuente para hornear o los ramequines del baño María.
Deje que las natillas se enfríen a temperatura ambiente y luego refrigérelas durante al menos 2 horas antes de servir.
Antes de servir, espolvoree un poco de nuez moscada molida por encima para darle un toque extra (opcional).