¡Mi abuela austriaca solía prepararlas cuando era niña! ¡Todavía hoy tienen un sabor delicioso!
Precalienta el horno a 350°F (175°C). Cubre una bandeja para hornear con papel pergamino.
Mezcla los ingredientes secos: En un tazón mediano, bate la harina tamizada, el polvo para hornear, la sal, la canela y el cacao en polvo. Reserva.
Crema de mantequilla y azúcar: En un tazón grande, bate la mantequilla ablandada y el azúcar granulado hasta que la mezcla quede suave y esponjosa, aproximadamente de 2 a 3 minutos.
Agrega el huevo y la vainilla: Bate el huevo y el extracto de vainilla hasta que estén bien combinados.
Combina los ingredientes húmedos y secos: Agrega gradualmente los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, mezclando hasta que se combinen. Ten cuidado de no mezclar demasiado.
Forma las galletas: Forma bolitas con la masa (aproximadamente 1 cucharada cada una) y colócalas en la bandeja para hornear preparada, a aproximadamente 2 pulgadas de distancia.
Hornea: Hornea en el horno precalentado durante 10 a 12 minutos o hasta que los bordes estén firmes pero el centro aún esté suave.
Enfría: Deja que las galletas se enfríen en la bandeja para hornear durante 5 minutos, luego transfiérelas a una rejilla para que se enfríen por completo.
Variaciones y consejos
Para darle un toque delicioso a tus galletas Wienerstube, prueba agregar ¼ de taza de nueces finamente picadas como almendras o avellanas para que queden más crujientes, o mezcla un puñado de chispas de chocolate para darles más dulzura. Si prefieres un sabor más picante, aumenta la canela o agrega una pizca de nuez moscada o clavo de olor. Para que las galletas queden más tiernas, refrigera la masa durante 30 minutos antes de hornear. También puedes espolvorear las galletas enfriadas con azúcar en polvo para darles un toque decorativo. Para garantizar una cocción uniforme, asegúrate de que la mantequilla esté bien ablandada y no mezcles demasiado la masa después de agregar la harina.