Instrucciones:
Preparar el pollo: Cocina las pechugas de pollo en agua con sal y un poco de laurel (si lo prefieres) hasta que estén bien cocidas. Después, desmenúzalas y reserva.
Salsa de tomate: En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y sofríe la cebolla y el ajo hasta que estén dorados. Agrega el tomate triturado, orégano, sal y pimienta al gusto. Cocina a fuego medio por 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Si lo prefieres, puedes agregar un poco de azúcar para reducir la acidez del tomate.
Preparar la salsa cremosa: En otro recipiente, mezcla la crema de leche con el queso ricotta (o crema de queso). Agrega sal y pimienta al gusto.
Ensamblaje de la lasaña: En una bandeja para horno, coloca una capa de salsa de tomate en el fondo. Luego, coloca las láminas de lasaña (si usas precocidas, no es necesario hervirlas). Encima de las láminas, pon una capa de pollo desmenuzado, seguida de una capa de salsa cremosa y un poco de mozzarella y parmesano.
Repetir las capas: Repite el proceso hasta terminar con las láminas de lasaña, la salsa de tomate, el pollo y la salsa cremosa. Finaliza con una capa generosa de mozzarella y parmesano por encima.
Hornear: Precalienta el horno a 180°C (350°F). Cubre la bandeja con papel aluminio y hornea durante unos 25-30 minutos. Luego, retira el papel aluminio y hornea por 10 minutos más, o hasta que el queso esté dorado y burbujeante.
Servir: Deja reposar la lasaña unos minutos antes de servir.
¡Listo! Ahora tienes una lasaña cremosa de pollo deliciosa y perfecta para compartir.