Croquetas perfectas: compactas, fibrosas e irresistibles
Instrucciones
Prepara las patatas
Lava las patatas y cocínalas en abundante agua con sal hasta que estén blandas. Pelarlas y triturarlas con un machacador de patatas en un bol grande. Deje enfriar por completo.
Prepara la masa
Agrega el queso parmesano, las yemas de huevo, una pizca de sal, pimienta y, si lo deseas, perejil picado al puré de papas. Mezclar hasta obtener una masa homogénea.
Forma las croquetas
Corta la mozzarella en palitos. Toma una porción de la masa, aplánala en la palma de tu mano, coloca un palito de mozzarella en el centro y cierra, formando un cilindro. Continúa hasta que termines la masa.
Pan
Sumerge cada croqueta en harina, luego en huevos batidos y finalmente en pan rallado. Asegúrese de que estén bien cubiertos para un empanado uniforme.
Freír Calentar el aceite de semillas en una sartén honda hasta que alcance una temperatura de unos 170°C. Freír unas croquetas a la vez para evitar que baje la temperatura del aceite. Cocine hasta que se dore uniformemente. Escurrir sobre toallas de papel.
Consejos para servir y almacenar
Servicio: Sirve las croquetas calientes, acompañadas de una salsa de tomate o una mayonesa de sabor ligero. También es perfecto como aperitivo o guarnición.
Almacenamiento: Puede almacenar croquetas crudas en el refrigerador hasta por 24 horas cubiertas con una envoltura de plástico. Si te sobran, caliéntalas en el horno a 180°C durante 10 minutos para que queden crujientes.
Variaciones
Relleno alternativo: Reemplace la mozzarella con provola ahumada o queso scamorza para un sabor más fuerte.
Sin lactosa: Use un queso fibroso sin lactosa o retire el relleno y sirva solo.
Saborizantes agregados: Intente agregar nuez moscada o ralladura de limón a la masa para darle un toque especial.