Instrucciones
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Corta el queso feta en cubos uniformes de aproximadamente 2.5 cm. El feta firme funciona mejor, ya que mantiene mejor su forma durante el marinado.
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Seca los cubos con una toalla de papel. Este paso es clave para eliminar el exceso de humedad, permitiendo que el queso absorba mejor el marinado y mantenga el aceite claro.
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En el frasco limpio y seco, coloca algunos cubos de feta en el fondo, seguidos de una pizca de hierbas, unas rodajas de ajo, algunos granos de pimienta y hojuelas de chile.
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Continúa alternando capas de ingredientes —feta, hierbas, ajo, especias— hasta llenar el frasco, dejando un pequeño espacio en la parte superior.
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Vierte lentamente el aceite de oliva sobre los cubos de feta hasta que todos estén completamente sumergidos. Esto ayuda a conservar el queso y a impregnarlo con sabor.
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Si usas ralladura de limón, romero o tomates secos, agrégalos ahora para mayor complejidad y aroma.
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Cierra el frasco herméticamente y agítalo suavemente para distribuir bien las hierbas y el aceite.
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Refrigera por al menos 24 horas. Sin embargo, los sabores se intensifican con el tiempo. Lo ideal es esperar de 2 a 3 días antes de consumir.
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Antes de servir, deja que el frasco repose a temperatura ambiente durante 10–15 minutos para que el aceite vuelva a su estado líquido y los sabores se liberen.
Sugerencias para Servir
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Acompaña con pan crujiente, pan pita, aceitunas, tomates frescos o vegetales asados.
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Úsalo como topping para ensaladas, bowls de cereales o pastas frías.
Conservación
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Guarda el feta marinado en el refrigerador por hasta dos semanas.
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Asegúrate siempre de que los cubos estén cubiertos con aceite para mantener su frescura y evitar que se estropeen.