Cenizo/espinaca silvestre: el superalimento subestimado con máximos beneficios para la salud
En medio de la plétora de plantas comestibles, el cenizo, o Chenopodium album, surge como un superalimento notable pero poco apreciado. Conocido por muchos nombres, incluidos espinaca silvestre, pata de ganso y gallina gorda, esta supuesta mala hierba se encuentra en varios entornos, a menudo eclipsada por verduras más convencionales. Sin embargo, su perfil nutricional y sus beneficios para la salud son todo menos ordinarios. Este artículo busca arrojar luz sobre el cenizo, elevándolo de un habitante de jardín incomprendido a una fuente de nutrición célebre.
Descubriendo las riquezas nutricionales del cenizo Un tesoro de vitaminas: el cenizo es una excelente fuente de vitaminas A, C y K, cruciales para mantener la visión, la función inmunológica y la coagulación sanguínea, respectivamente. Sus hojas también son ricas en vitaminas B, lo que favorece el metabolismo energético y la salud cerebral.
Minerales de gran valor: con un contenido mineral más alto que la mayoría de las verduras de jardín, el cenizo ofrece calcio, magnesio, potasio, hierro y zinc, lo que fortalece la salud ósea, la función muscular y el bienestar celular en general.
Un paraíso antioxidante: la planta está repleta de flavonoides como la quercetina y el kaempferol, junto con ácidos fenólicos y carotenoides, que combaten el estrés oxidativo y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas, incluidos ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardíacas.