Preparación paso a paso
1. Prepara la base:
Precalienta tu horno a 160 °C (325 °F). Mezcla las migas de galleta, el azúcar y la mantequilla derretida hasta obtener una masa con textura húmeda. Presiona esta mezcla en el fondo de un molde de 23 x 33 cm previamente engrasado. Hornea durante 10 minutos y deja enfriar.
2. Haz el relleno de cheesecake:
Bate el queso crema hasta que esté muy suave. Agrega el azúcar y continúa batiendo. Incorpora los huevos uno a uno, luego la vainilla y, por último, la crema agria. Vierte esta mezcla sobre la base horneada y alisa con una espátula.
3. Hornea el cheesecake:
Lleva al horno durante 35 a 40 minutos, hasta que el centro esté firme pero aún ligeramente tembloroso. Deja enfriar por completo y refrigera por al menos 4 horas (mejor si es toda la noche).
4. Prepara el caramelo salado:
En una cacerola, derrite el azúcar a fuego medio hasta que adquiera un color ámbar. Añade la mantequilla con cuidado y mezcla. Incorpora lentamente la crema espesa (¡con precaución, que burbujea!) y sigue revolviendo hasta obtener una salsa suave. Agrega la sal y deja enfriar unos minutos.
5. Montaje final:
Vierte el caramelo sobre el cheesecake frío y extiende de forma uniforme. Añade una pizca de sal marina por encima. Refrigera 30 minutos más para que la cobertura se asiente bien antes de cortar.
Tip para servir:
Para cortes limpios, usa un cuchillo caliente y limpio en cada pasada. Puedes disfrutar estas barras frías directamente del refrigerador o dejarlas reposar un poco para una textura aún más cremosa.
Conclusión:
Estas barras de tarta de queso con caramelo salado son pura magia pastelera: elegantes, indulgentes y absolutamente deliciosas. La mezcla del cheesecake suave con el caramelo salado crea un contraste inolvidable. Son ese tipo de postre que roba miradas… y repite porciones. ¡No puede faltar en tu recetario dulce!