Paso a Paso:
1. Lava el arroz
Enjuaga el arroz con agua fría para eliminar el exceso de almidón. Este paso ayuda a que el postre quede más cremoso y menos pegajoso.
2. Cocina la base
En una cacerola mediana, añade el arroz enjuagado, la leche, el azúcar y la sal. Lleva la mezcla a fuego medio hasta que comience a hervir suavemente.
3. Cuece a fuego lento
Reduce el fuego al mínimo, tapa parcialmente y deja cocer a fuego lento entre 45 minutos y una hora. Remueve cada cierto tiempo para evitar que el arroz se pegue al fondo y para lograr una textura uniforme.
4. Agrega el sabor
Cuando el arroz esté tierno y la mezcla haya espesado, incorpora la vainilla, la canela, la nuez moscada (si la usas) y la mantequilla. Mezcla bien para que todos los sabores se integren.
5. Añade las pasas (opcional)
Si deseas, este es el momento de agregar las pasas. Remueve para que se distribuyan por todo el pudín.
6. Cocina un poco más
Continúa cocinando durante 10 a 15 minutos adicionales, removiendo ocasionalmente. El arroz con leche seguirá espesando al enfriarse.
7. Sirve como más te guste
Retira del fuego y deja reposar unos minutos. Puedes servirlo caliente, templado o frío, según prefieras. Para un toque final, espolvorea un poco más de canela o nuez moscada por encima.
Ideas para Personalizar
Una de las mejores cosas del arroz con leche es su versatilidad. Aquí te dejamos algunas ideas para adaptarlo a tu gusto:
Más cremoso: Sustituye parte de la leche por crema espesa o leche de coco.
Endulzantes alternativos: Usa miel, sirope de arce o azúcar moreno para un sabor diferente.
Cítricos frescos: Ralla un poco de cáscara de limón o naranja para un toque ácido que equilibra el dulzor.
Toque crujiente: Agrega nueces tostadas, almendras o avellanas al servir.
Frutas frescas: Plátano, manzana, arándanos o fresas combinan de maravilla.
Especias diferentes: Atrévete con cardamomo, jengibre o azafrán para un perfil más exótico.
Alternativas Saludables
Si prefieres una versión más ligera o con otras restricciones alimenticias:
Cambia el arroz blanco por arroz integral o quinoa.
Sustituye la leche entera por leches vegetales como almendra, soya o avena.
Reduce el azúcar y utiliza el dulzor natural de frutas o un poco de sirope de agave.
Conservación
¿Te sobró arroz con leche? No hay problema:
En la nevera: Guárdalo en un recipiente hermético hasta por 4 o 5 días. Asegúrate de que esté completamente frío antes de taparlo.
En el congelador: Puedes congelarlo por hasta dos meses en porciones individuales. Cuando quieras consumirlo, descongélalo en la nevera y caliéntalo con un chorrito de leche si es necesario.
En resumen…
El arroz con leche a la antigua es un postre sencillo pero lleno de sabor y tradición. Ya sea que optes por la receta clásica o por una de sus muchas variantes, lo cierto es que siempre reconforta y deja una sonrisa tras cada cucharada. Puedes disfrutarlo en cualquier momento del año, adaptarlo a tus necesidades y, con un poco de creatividad, convertirlo en una experiencia completamente nueva.