Aquí hay cinco estrategias para mantener el romero permanentemente robusto y fragante:
Poda: Pode las partes dañadas de la planta con regularidad, especialmente en primavera, para promover un crecimiento saludable.
Trasplante: considere trasplantar su romero cada dos o tres años para garantizar un desarrollo adecuado y espacio para el crecimiento.
Fertilización: Promover el crecimiento de la planta abonándola a partir de marzo paralelamente a la primavera y podando.
Proteger del calor: Proteja el romero del calor excesivo almacenándolo en un área seca, bien ventilada y con luz solar indirecta.
Protección contra plagas: Proteja su planta de plagas y enfermedades tratándola regularmente, ya sea con pesticidas comprados en tiendas o con soluciones caseras como el jabón de Marsella, disueltas en agua y rociadas ligeramente sobre la planta.
Siguiendo estos sencillos consejos, tendrás una planta de romero exuberante y robusta, adecuada tanto para fines decorativos como para delicias culinarias.