Aprendí este plato de mi amigo Amish y es absolutamente divino.
1,5 libras de carne molida magra
1 cebolla finamente picada
1 libra de pasta
1 cucharada de aceite de oliva
1 taza de leche
2 cucharaditas de ajo picado
Una lata de 22,6 onzas de sopa de tomate condensada
Una lata de 22,6 onzas de sopa de champiñones condensada
Sal y pimienta para probar
1/2 cucharadita de pimentón
1/2 cucharadita de perejil seco (opcional para decorar)
Tu queso rallado favorito (opcional para cubrir)
Direcciones:
Precaliente el horno a 350 °F (175 °C). Cocine la pasta según las instrucciones del paquete, escúrrala y reserve.
En una sartén, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Incorpora la cebolla y el ajo, salteándolos hasta que la cebolla se vuelva transparente. Agrega la carne molida y cocina hasta que se dore, desmenuzándola. Escurre la grasa sobrante.
En un tazón, mezcle la sopa de tomate condensada, la sopa de champiñones y la leche hasta que quede una mezcla homogénea.
Mezclar la sopa con la carne y la pasta. Condimentar con sal y pimienta. Verter esta mezcla en una cazuela engrasada. Opcionalmente, decorar con queso rallado. Espolvorear con pimentón y, si se desea, con perejil.
Hornee durante unos 30 minutos hasta que la cazuela burbujee con calor.
Reúne a tu familia y sumérgete en este tradicional manjar Amish. Esta versátil cazuela es perfecta durante todo el año y seguro que será un éxito. Experimenta una pizca de tradición Amish en cada bocado y deléitate con el reconfortante abrazo de este plato.