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¡11 alimentos que nunca debes poner en una olla de cocción lenta!

Las ollas de cocción lenta son la solución para los cocineros ocupados, ya que ofrecen comodidad y una cocción sin intervención que resulta en comidas tiernas y sabrosas. Sin embargo, no todos los ingredientes son aptos para el fuego lento y constante de una olla de cocción lenta. Algunos alimentos pueden quedar estropeados, poco apetitosos o incluso peligrosos al cocinarse de esta manera. Aquí tienes una guía de 11 alimentos que deberías evitar en tu olla de cocción lenta, junto con consejos para adaptar tus recetas para que sean aptas para la olla de cocción lenta.

1. Productos lácteos.
Los productos lácteos como la leche, la crema y el queso son conocidos por cuajar con el calor prolongado. Imagina esperar una sopa cremosa y, en cambio, obtener un líquido aguado y separado. Esto sucede porque las proteínas de los lácteos se descomponen con el tiempo en la olla de cocción lenta.

Qué sucede: La crema se separa, el queso se vuelve granulado y la leche se cuaja, adquiriendo una textura desagradable.
Solución: Agregue los productos lácteos durante los últimos 30 minutos de cocción. Opte por quesos procesados ​​(como Velveeta) si necesita que el queso se derrita suavemente sin separarse.
2. Mariscos.
Los mariscos, como los camarones, el pescado y las vieiras, son delicados y propensos a cocerse demasiado en una olla de cocción lenta. A diferencia de los cortes de carne más duros, los mariscos no se benefician de horas de cocción a fuego lento; se vuelven gomosos y pierden su atractivo.

Qué sucede: Los camarones se arrugan, el pescado se desmenuza excesivamente y las vieiras pierden su textura tierna.
Solución: Agregue los mariscos solo durante la última hora de cocción. Para platos como sopas o guisos, espere hasta el final para incorporar estos ingredientes.
3. Hierbas frescas.
Las hierbas frescas como el perejil, la albahaca y el cilantro son un complemento vibrante para cualquier plato, pero no se cocinan bien en una olla de cocción lenta. Sus delicados sabores se disipan o se vuelven amargos después de horas de exposición a fuego lento.

Qué sucede: Las hierbas pierden su sabor fresco y brillante y adquieren un amargor áspero y desagradable.
Solución: Use hierbas secas, diseñadas para resistir tiempos de cocción prolongados. Guarde las hierbas frescas como guarnición, agregándolas justo antes de servir.
4. Alcohol:
Agregar vino, cerveza o licores directamente a una olla de cocción lenta puede resultar en un sabor alcohólico demasiado fuerte. A diferencia de cocinar en la estufa, donde el alcohol se evapora rápidamente, la olla de cocción lenta lo retiene, dejando un sabor desagradable.

Qué sucede: El plato retiene demasiado sabor a alcohol crudo, lo que puede opacar el sabor de los demás ingredientes.
Solución: Cocine el alcohol por separado en la estufa primero para reducir y concentrar su sabor, y luego agréguelo a la olla de cocción lenta más adelante.
5. Carnes magras (sin humedad)
Si bien las ollas de cocción lenta son excelentes para ablandar cortes de carne duros, las carnes magras como la pechuga de pollo o el lomo de cerdo pueden secarse fácilmente. Sin suficiente humedad o grasa, estas proteínas se vuelven fibrosas y sin sabor.

Qué sucede: Las carnes magras pierden jugosidad y textura, lo que resulta en una comida decepcionante.
Solución: Elija cortes más grasos como muslos, chuck roast o paletilla. Como alternativa, añada más caldo o adobo para mantener la humedad de las carnes magras.
6. Pasta:
Cocinar pasta en una olla de cocción lenta suele resultar en fideos blandos y demasiado cocidos. Dado que la pasta requiere menos tiempo de cocción que la mayoría de las recetas de olla de cocción lenta, absorbe el exceso de líquido y se deshace.

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